"En la vida, no elegimos las adversidades que enfrentamos, pero sí cómo las usamos para crecer. Cada caída puede ser el comienzo de una nueva etapa, una oportunidad para convertir el dolor en fortaleza y las lágrimas en la fuente de una fe inquebrantable. Mi historia es un recordatorio de que, aunque no podamos cambiar el pasado, podemos usarlo como cimiento para construir un futuro lleno de propósito."